ANDREA BUCHNER arquitecto y cantante, CONCIERTO TRÍPTICO A CAPELLA
Las canciones que elegí para la noche amarilla fueron:
Sueño con serpientes
Música y letra: Silvio Rodríguez, 1974
La segunda fue:
Bel Ami
Música y letra: Theodor Mackeben (1897 – 1953)
Es una canción del tipo Kabaret alemán de los años 20, con su epicentro en Berlín. Esa noche la elegí como réplica en alemán a la maravillosa conferencia cantada por Olga Ramos sobre el cuplé y sus mujeres. Tiene la misma picaresca pues el bel ami, el chico guapo, no es –como dice su letra- bello pero tiene mucho encanto, no es inteligente pero un gran seductor, un eterno enamorado del amor que no es un héroe sino simplemente alguien que gusta.
El género del Kabaret tiene su origen, igual que el cuplé, en cabaret parisino y es una versión germana de la irreverencia con encanto; algo que es parte de la personalidad del amarillo. La conferencia de la artista punk y la galerista (por favor completa los nombres!!!) con Nina Hagen de referente son buena prueba de ello.
Reflexiones sobre “Sueño con serpientes”
Interpretaciones del sueño
Soñar con una serpiente que ataca se traduce en una traición de la persona menos esperada.
Soñar con serpientes en general representa el demonio en una de sus expresiones y las formas distintas que tiene. Soñar que se logra matar a la serpiente supone una victoria contra los enemigos. También puede significar que has sabido aprovechar todas las oportunidades de prosperar en tu propio interés, respetando a los demás.
LETRA
Sueño con serpientes, con serpientes de mar, con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo. Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan lo que puedan arrebatarle al amor.
Oh, la mato y aparece una mayor.
Oh, con mucho más infierno en digestión.
No quepo en su boca. Me trata de tragar pero se atora con un trébol de mi sien. Creo que está loca. Le doy de masticar una paloma y la enveneno de mi bien.
Oh, la mato y aparece una mayor. Oh, con mucho más infierno en digestión.
Ésta al fin me engulle, y mientras por su esófago paseo, voy pensando en qué vendrá. Pero se destruye cuando llego a su estómago y planteo con un verso una verdad.
APUNTES SOBRE LA LETRA Y SU RELACIÓN CON EL AMARILLO
El amarillo es en su ambigua simbología por una parte la luz, a la que se la relaciona con la verdad, el amor, el bien y la poesía.
Las serpientes de mar representan el infinito, la locura, el infierno, la indigestión y la maldad. Sin embargo son transparentes, cosa que apunta a la ambigüedad de lo que representan.
La canción se sucede en una progresión de escalastonales que va subiendo con cada estribillo.
El desarrollo lineal de la tonalidad remite al infinito, igual que el relato que es una progresión infinita de menor a mayor escala.
Lo infinito es lo eterno, lo imposible, una lucha hasta el fin de los tiempos entre el bien y el mal, entrelazados en un interminable ciclo de destrucción y renacimiento.
La incertidumbre, representada en el mar, tiene solución en la actitud de relajo ante lo inevitable (el personaje no se resiste más y pasea por el esófago de la serpiente) y las pequeñas actuaciones (la serpiente se atora con un trébol de su sien o al plantear un verso).
La exclamación ¡Oh! del estribillo
Su sonido conecta parcialmente con el sonido ohm que Claudia Bonollo me proponía como actuación para los retratos femeninos de la noche amarilla.
El OHM, llamado también el sonido dorado por su poder de sanación, expresa en esta canción el miedo y estupor pero sugiere al mismo tiempo la superación de los sentimientos de impotencia.
En ese sentido conlleva la sanación que se cerraría al interpretar el sonido completo con la consonante “m”.
Wine
Música y letra: Andrea Buchner, 1993
AMARILLO PARA ANDREA BUCHNER
El amarillo es un color que no deja indiferente. Es el menos estable de los colores primarios pues tan solo una pizca de rojo lo convierte en naranja, una pizca de azul en verde, y un poco de negro lo ensucia. Esa versatilidad o sensibilidad lo convierte en un termómetro de ambientes emocionales que abarcan un abanico muy amplio de sensaciones, desde las más gratas hasta las más negativas.
Para mí, el amarillo tiene una vibración que conecta con la alegría de vivir. El florecer es amarillo. Una luz que brota a la altura del solar plexus, del centro del cuerpo, justo debajo de la caja torácica. Cegador, alegre o turbio, es la materia de la que se tejen las canciones que compartimos o cantamos para nuestros adentros.
Andrea Buchner